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Año Santo Jubilar Compostelano
El pasado 31 de diciembre de 2020 se abría la Puerta Santa de la Catedral de Santiago de Compostela, comenzaba así el Xacobeo 2021.
Debido a la crisis sanitaria, por causa del COVID-19, que estamos viviendo el Papa Francisco ha prorrogado el presente Año Santo Jubilar Compostelano hasta el 31 de diciembre de 2022.
A continuación te informamos de todo lo que debes saber acerca del Xacobeo 2021.
El Año Santo Jubilar Compostelano o Año Santo Jacobeo es una celebración de la Iglesia Católica que tiene lugar en la ciudad de Santiago de Compostela (Galicia).
Se trata de un tiempo determinado en el que la Iglesia Católica concede gracias espirituales especiales a los fieles imitando lo que dice la Biblia del Año Jubilar de los Israelitas. La Iglesia de Santiago de Compostela concede un año especial de gracia durante el Año Santo.
Cuando el 25 de julio cae en domingo, la Festividad del Apóstol Santiago, se celebra el Año Santo Jubilar Compostelano, también conocido como Año Santo, Año Santo Jacobeo, Año Jacobeo o Xacobeo (en gallego).
Que la Festividad del Apóstol Santiago caiga en domingo suele ocurrir cada 6, 5, 6 y 11 años. A no ser que el último año de un siglo no sea bisiesto, entonces podrían darse intervalos de 7 y 12 años.
El Xacobeo comienza siempre con la Apertura de la Puerta Santa de la Catedral de Santiago de Compostela el 31 de diciembre del año anterior al Año Santo y finaliza con el Cierre de la Puerta Santa, el 31 de diciembre del Año Jacobeo.
La Puerta Santa situada en la fachada trasera de la Catedral de Santiago de Santiago de Compostela, que da a la Plaza de la Quintana, solo está abierta durante el Año Santo Jubilar Compostelano.
El Papa Calisto II fue quien estableció el Año Santo Jubilar Compostelano. Siendo el Arzobispo de Vienne (Isère), en Francia, realiazó la Peregrinación a Santiago de Compostela.
Es en el año 1122 cuando se coloca la última piedra de la Catedral de Santiago de Compostela y ese mismo año el Papa Calisto II otorga el privilegio de celebrar con regularidad el Año Santo Jubilar Compostelano, a partir del año 1126. Siempre y cuando la Festividad del Apóstol Santiago (25 de julio) cayese en domingo, para que así se pudiesen ganar las mismas gracias que se ganaban en Roma en los Años Jubilares.
Si es cierto que fue el Papa Calisto II quien otorgó el privilegio, pero también es cierto que otros Papas posteriores lo ampliaron y confirmaron. En el año 1178, Alejandro III, declara el carácter perpetuo del privilegio y lo aquipara a los de Jerusalén y Roma.
Este último hecho fue el que favoreció el auge de la Peregrinación a Santiago de Compostela desde toda Europa, en la Edad Media, a través del conocido Camino de Santiago.
El ritmo del año bisiesto y el hecho de que la semana tenga 7 días pueden explicar el ritmo de la Era Jacobiana en los siglos XIX y XX. Si no existieran los años bisiestos habría un Año Jacobeo cada siete años. Debido a que los años divisibles por cien solo saltan después de que se pueden dividir por cuatrocientos, al final del siglo, puede haber una brecha de siete a doce años entre dos Años Santos consecutivos. Cabe señalar que si hay algún cambio en la secuencia de salto, el ritmo del tiempo del Año Jacobeo cambia automáticamente. Esto sucedió durante la reforma gregoriana en el año 1582 y, por lo tanto, también durante los años centenarios que no sean multiples de cuatrocientos.
La tabla que te mostramos, más abajo, es correcta para los siglos XX y XXI, porque el año 2000 fue año bisiesto. El ritmo cambiará en los siguientes siglos, dado que 2100, 2200 y 2300 son divisibles por 100, pero no por 400. Debido a la crisis sanitaria por causa del COVID-19, por primera vez en la historia, el Año Santo Jubilar Compostelano se celebrará durante dos años seguidos, se trata de un hecho excepcional concedido por el Papa Francisco.
El primer Año Jacobeo del siglo XXII será el 2106 y el segundo será, once años después, el 2117, por lo que ya se rompe el intervalo de 6, 5, 6 y 11 de los siglos anteriores. El último Año Santo del siglo XIX fue el año 1897 y el primer Año Santo del siglo XX fue el año 1909. Pasaron doce años entre ellos, porque el año 1900 tampoco fue bisiesto. Dado que no todos los años divisibles por cuatro son bisiestos, a veces puede haber intervalos de 7 y 12 años entre dos Años Santos consecutivos cuando pertenecen a diferentes siglos.
AÑOS SANTOS JUBILARES COMPOSTELANOS DEL SIGLO XX Y DEL SIGLO XXI
Pap Juan Pablo II (Año 1982)
"Comparto la alegría... por el tiempo de gracia y perdón que el Señor se digna conceder, una vez más, a la querida comunidad de España y de toda la cristiandad... que el Jubileo sea para todos ocación de verdadera reconcialiación".
Papa Benedicto XVI (Año 2010)
"Invito a los Peregrinos a que hagan acopio de las sugestivas experiencias de fe, caridad y fraternidad que encuentren en su andadura, a que vivan el Camino sobre todo interiormente, dejándose interpelar por la llamada que el Señoa hace a cada uno de ellos. Así podrán decir con gozo y firmeza en el Pórtico de la Gloria: Creo".
El Jubileo es la Indulgencia Plenaria que el Papa de Roma concede a los católicos en ocasiones especiales, es decir, durante el Año Santo.
Todos los Peregrinos, turistas y autóctonos que visiten la Tumba del Apóstol Santiago durante el Año Santo Jubilar Compostelano pueden ganar el Jubileo, sin necesidad de realizar el Camino de Santiago.
Se puede ganar el Jubileo sin obtener la Compostela y es posible obtener la Compostela sin ganar el Jubileo. Una cosa no requiere otra, es decir, ni la Gracia del Jubileo ni la propia Peregrinación a Santiago de Compostela están vinculadas, de suyo, con la Compostela.
Los requisitos para ganar el Jubileo son:
Visitar la Tumba del Apóstol Santiago en la Catredral de Santiago de Compostela
Rezar un Padrenuestro o un Credo
Sacramento de la Confesión: podrás confesarte en la Catedral de Santiago de Compostela o en cualquier otra iglesia, quince días antes o después
Recibir la Comunión (esta indulgencia se aplica también a los difuntos)
Puedes recibir la Indulgencia Plenaria, una vez al día. Las condiciones son:
Visitar la Catedral de Santiago de Compostela y rezar una oración orando por las intencciones del Pontífice Romano (Padrenuestro o Credo)
Recibir el Sacramento de la Confesión y de la Sagrada Comunión (podrás confesarte 15 días antes o después)
Las facultades que deben tener los Confesores son:
Los sacerdotes deberán tener licencia para confesar podrán hacerlo en la Catedral de Santiago de Compostela, en las parroquias de la ciudad de Santiago de Compostela o en el Monte do Gozo
Absolver de "censuras" exceptuando las reservadas a la Santa Sede
Conmutar y dispensar de votos en las condiciones establecidas por la Iglesia
El Apóstol Santiago, Santiago el Mayor, Santiago de Zebedeo o Jacobo de Zebedeo fue uno de los apóstoles de Jesús de Nazaret (Jesucristo). Se trata del primer apóstol que murió martirizado. Dice la tradición cristina que tras la resurreción de Jesucristo, el Apóstol Santiago recorrió Hispania (lo que a día de hoy es España y Portugal), comenzando por Gallaecia (Galicia), para llevar a cabo su obra de evangelización.
Al ver que su objetivo no se cumplía, deprimido, decidió regresar a Jerusalén. Es ahí donde el Rey Herodes Agripta I lo decapita, porque temía que el Apóstol Santiago ganara demasiado poder. Sus discípulos Atanasio y Teodoro transportaron su cuerpo secretamente, en una "barca mágica", hasta el lugar donde predicó en el norte de España. Desembarcaron en la Ría de Arousa (Galicia), concretamente en el Puerto de Iria Flavia y, allí, ataron el barco a un "pedrón" (este pedrón se puede ver a día de hoy en la Iglesia de Santiago de Padrón - Camino Portugués) y pidieron que se les permitiese enterrar su cuerpo.
En aquel entonces el Puerto de Iria Flavia se encontraba bajo el Reinado Pagano de la Reina Lupa. Ésta estaba totalmente en contra del cristianismo y engañó a los discípulos. Les dijo que unos bueyes llevarían los Restos del Apóstol Santiago hasta un lugar seguro. Realmente no eran bueyes, sino toros bravos. Cuenta la leyenda que, precisamente, en ese momento es cuando se produce el milagro: los toros amansaron y la Reina Lupa ante semejante suceso solicitó bautizarse, para así, convertirse al Cristianismo. Finalmente los Restos del Apóstol Santiago se entrerraron en un lugar seguro.
Iglesia de Santiago de Padrón (A Coruña)
La historia se remonta al año 813 cuando, el eremita, Paio del lugar de Solovio vio una lluvia de estrellas fugaces en una colina del Bosque Libredón (Liberum Domun). Inclusive durante un sueño, una noche, se le apareció el Apóstol Santiago y le dijo que el lugar donde estaba viendo las luces era donde estaba su tumba. Paio se desplazó hasta el sitio y retiró la tierra que se había asentado con el paso de los años y, así era, allí encontró la Tumba del Apóstol Santiago. Una vez descubierta la tumba se lo comunica al Obispo de Iria Flavia, Teodomiro, y éste a su vez al Rey Alfonso II el Casto.
Tras recibir la noticia el Rey Alfonso II el Casto camina desde Oviedo hasta Galicia para comprobar que realmente se trataba de la Tumba del Apóstol Santiago. Efectivamente así lo verifica, proclama Patrón al Apóstol Santiago del Reino Astur-Galaico y manda construir una modesta iglesia. Esta pequeña iglesia es reconstruida, en el año 899, por el Rey Alfonso III y es la que da lugar a la que conocemos, hoy en día, como la Catedral de Santiago de Compostela y a la ciudad de Santiago de Compostela (Campus Stellae - Campo de Estrellas).
Como comentábamos anteriormente, el Rey Alfonso II el Casto fue quién caminó, por primera vez, desde Oviedo para confirmar el hallazgo del ermitaño Paio, por lo que se convirtió en el Primer Peregrino en visitar la Tumba del Apóstol Santiago.
Los primeros Peregrinos del siglo X fueron el Rey Alfonso II el Casto y el Rey Alfonso III el Magno, que realiza por primera vez el recorrido en el año 872. Dos años después, regresa con la Reina Jimena y le regalan al Apóstol Santiago el Emblema del Reino de Asturias, una cruz de oro y pedrería.
En el siglo X destacaron otros Peregrinos como el Abad Cesáreo del Monasterio de Santa Cecilia de Montserrat en Cataluña, el Obispo Gotescalco de Le Puy y el Rey Ramiro II.
Cuando el Rey Alfonso II el Casto verifica que el eremita Paio ha descubierto la Tumba del Apóstol Santiago manda construir una modesta iglesia.
Tras los ataques árabes hubo una cierta estabilidad y aumentaron las peregrinaciones esto propicia una nueva construcción que se inicia bajo el reinado de Alfonso VI, en el año 1075, y durante la dirección arzobispal de Diego de Peláez. Así comienza la obra de la catedral románica, que continuó durante el arzobispado de Diego Gelmírez y que no paró hasta convertirse en el gran templo de culto católico que conocemos hoy en día.
La Catedral de Santiago de Compostela fue construida en sillería de granito con cubiertas de lajas. Se trata de un edificio románico de corta latino, brazos longitudinales y atrio de tres naves, deambulatorio en la cabecera y tribuna que recorre todo el perímetro. A lo largo de todo el tempo se encuentran las capillas laterales que disponen de un espacio de individualidad propia, solo algunas de las situadas en el deambulatorio son de época romana.
Las naves laterales de la Catedral de Santiago están cubiertas con bóveda de arista, la nave central con bóveda de cañón peraltada y sujeta por arcos fajones y triforio con cuarto de cañón.
La Catedral de Santiago de Compostela tiene las siguientes fachadas:
- Fachada da Acivechería: neoclásica
- Fachada das Praterías: románica (paradigma de la iconografia medieval)
- Puerta Santa (Plaza de la Quintana): barroca
- Fachada del Obradoiro: combinación de piedra y vidrio, destacando el gran ventanal del cuerpo central, uno de los mayores ventanales anteriores a la Revolución Industrial.
Destacamos el Pórtido de la Gloria es la obra cumbre de la escultura románica. Se trata de un pórtico con tres arcos. La obra la finaliza en el año 1188 el Maestro Mateo.
La Catedral de Santiago de Compostela fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 1896. El Casco Histórico de Santiago de Compostela, que se situa entorno a la catedral fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1985.
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