Contenidos
A Costa da Morte, bañada por las fieras aguas del Atlántico, es sin duda uno de los paisajes más espectaculares de Galicia. Decido descubrir a Costa da Morte de Faro en Faro a través del Camino de los Faros en Galicia. Me llama la atención pasar 6 días, siguiendo la luz de los faros, los mismos que durante décadas han guiado los barcos y buques que surcaban estas peligrosas costas, serán quienes guíen ahora mis pasos.
A Costa da Morte es un recorrido de unos 200 kilómetros, desde la localidad de Malpica, hasta el mítico Finisterre.
Descubriendo a Costa da Morte de faro en faro
Mi viaje por el Camino de los faros en Galicia
En mi caso decidí comenzar la ruta en Ponteceso, en lo que sería un viaje de 6 días rodeada de una naturaleza salvaje, acantilados y luz, para terminar la aventura en Finisterre.
Desde el inicio sabía que la ruta me iba a encantar, por los colores y el paisaje, pero sobre todo por el mar, un mar inmenso que sobrecoge a cualquiera.
Primera etapa
La primera etapa, de Ponteceso a Laxe, tiene una longitud de unos 25 kms. El día amanece cubierto y ventoso, como es común en esta zona en el mes de febrero. Me agrada la idea de caminar cercana al mar enfurecido y bravo que da nombre a esta costa. Puedo contemplar las grandes olas batiendo las rocas y escuchar como el viento sopla entre los árboles.
En esta etapa también tengo ocasión de descubrir y visitar dos de los vestigios del Megalítico más destacables de la zona: el Dolme de Dombate y el Castro de Bormeiro.
El camino también me lleva a coronar la cima de este Camiño dos Faros: Castelo de Lourido, con 312 metros de altitud. Desde aquí se puede disfrutar la mejor panorámica de la Ría de Corme y Laxe.
Segunda etapa
En mi segundo día de viaje, antes de comenzar la caminata, me doy un paseo por el puerto de Laxe y visito la Iglesia de Santa María da Atalaya. Hoy el tiempo mejora, y me permite mirar la Costa de Morte desde otro ángulo, otra perspectiva, mucho más apacible. Desde ciertos lugares las vistas abruman y sobrecogen.
Paso tras paso me acerco a Camelle, el que fue hogar de Man, el hombre que se enamoró del mar. Allí se quedó a vivir como un artista ermitaño que hacía de los despojos que el mar le brindaba una obra de arte. En el Museo de Man en la villa de Camelle puedo comprender mejor su historia y por qué se murió de pena tras ver los efectos del desastre del Prestige en la costa que tanto amaba.
Desde Camelle me separan pocos kilómetros de Arou, punto final de la segunda etapa. Me encuentro con el Faro de Laxe y la escultura `A Espera´, en memoria de todas aquellas mujeres que, día tras día, se asomaban al mar para ver llegar a sus amados, sin tener nunca la certeza de que estos lograran regresar de nuevo a tierra.
Tercera etapa
Cementerio dos Ingleses
Llegados al tercer día de O Camiño dos Faros, tengo claro que esta ruta engancha y que cada paisaje nuevo que descubro me llena cada vez más. El camino hoy me lleva al Cementerio dos Ingleses, uno de los lugares más emblemáticos de esta costa.
En el siglo XIX, en este tramo de costa, tuvieron lugar tres grandes naufragios que marcaron la historia y dieron origen al nombre y la leyenda de la Costa da Morte: el Iris Hull, el Trinacria y el Serpent. Este último fue el más dramático de todos. El buque Serpent era un barco de la corona británica que la fatídica noche del 10 de noviembre naufraga en Punta Boi. De los 175 hombres que navegaban en el buque, solo tres salvaron milagrosamente su vida.
Faro y cabo Vilán
Tras este terrible suceso, se tomaron medidas para la mejora de la navegación en esta zona, entre las que se incluyó la construcción de Faro Vilán, siguiente punto de mi camino.
Camariñas y el Encaixe
A mi llegada al pueblo pesquero de Camariñas puedo contemplar a las mujeres palillando el famoso encaixe de bolillos al lado del puerto. Me quedo contemplando por unos instantes los pequeños botes amarrados, e intento comprender como puede ser la vida en el mar, principalmente en un fiero mar como el que baña estas costas.
Cuarta etapa
La etapa más larga, aunque también la más llana, es la que recorre la Ría de Camariñas, finalizando en Muxía.
El paisaje cambia los acantilados y el oleaje por la calma de las aguas de la ría. Por su puesto, también me tomo mi tiempo para poder degustar los productos que estas aguas nos brindan.
Muxía y su santuario
Al llegar a Muxía, realizo la visita obligada al Santuario da Virxe da Barca, donde descubro las historias y leyendas del lugar, así como las propiedades de sus piedras mágicas.
Quinta etapa
Un nuevo día amanece y me preparo para una nueva etapa. Salgo temprano de Muxía, dejando atrás sus casitas de colores, en dirección a Lires.
Faro y cabo Touriñán
Sigo el camino de la Luz, que en esta ocasión me acerca al Faro Touriñán, punto más occidental de esta ruta y de la España peninsular. Desde aquí pude contemplar el último atardecer de Europa Occidental.
Playa do Rostro
El fin del viaje está próximo y, como no podría ser de otra manera, terminaré mi recorrido en el mítico Fin del Mundo: el Finis Terrae para los Romanos. Hasta este lugar se suceden paisajes de acantilados y playas como el largo arenal de Playa do Rostro, donde el sonido de las olas acompaña mi caminar.
Sexta etapa
Finisterre
Y finalmente mi vista alcanza a ver el último de los faros de esta ruta, el faro de Finisterre. Avanzo hasta el mismo, donde decido para contemplar la puesta de sol, como tantos otros caminantes y peregrinos han hecho antes que yo. Por un momento, con los ojos cerrados, puedo ver de nuevo todos los paisajes que me han acompañado y recorrer todos los senderos que he dejado atrás. El sonido del mar, una constante en este viaje, se lleva consigo mis pensamientos. Sin duda descubrir a Costa da Morte de Faro en Faro ha sido una experiencia inolvidable.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!