Una vez que decides hacer el Camino de Santiago, empiezan a surgir las dudas: cuantos caminos hay, cuantos días voy, qué alojamientos hay en el Camino, que ropa necesito, podré caminar (o pedalear) todos esos kilómetros…
Te aseguro que la lista de dudas podría ser cual pergamino, pero como ya he hecho el Camino de Santiago, me centraré en una de las cuestiones más importantes: dónde dormir en el Camino de Santiago.
Después de recorrer muchos kilómetros tu cuerpo te pedirá descanso (además de una buena ducha y cena). En mi caso, el año pasado he elegido hacer el Camino Primitivo de Oviedo a Lugo con la intención de hacer el siguiente tramo Lugo – Santiago de Compostela la segunda quincena de septiembre.
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De esta forma, como os decía, he empezado en Oviedo y he recorrido durante 10 días una media de 20-31 km. Te aseguro que al final de cada día, necesitaba una buena cama. Porque si, hacer el Camino de Santiago es una experiencia increíble, pero dura en cierto modo.
¿Qué tipo de alojamientos hay en el Camino?
La oferta de alojamiento en el Camino de Santiago es variada. Dependiendo la ruta que hagas encontrarás más o menos establecimientos, y lo mismo con otros servicios como es la restauración.
Tienes la opción de descansar en albergues públicos, son de tarifa más o menos reducida, pero tienes que apresurarte porque no permiten reservar. Además, los servicios que ofrecen son propios de un albergue, es probable que compartas habitación con varias literas. Hoy en día también hay albergues privados, si te permiten reservar.
Por otro lado, también hay hoteles, hostales, pensiones, casas rurales y pazos. En mi caso me he decantado por hoteles, hostales y casas de turismo rural. ¿Por qué? La verdad es que prefería no preocuparme ni ir con prisas, quería tener una habitación y baño asegurado para el final de cada etapa y caminar a mi ritmo.
Así, al final de cada etapa podía relajarme con una buena ducha para luego descansar en los jardines de dichos establecimientos. La verdad es que el trato recibido ha sido estupendo, algunas veces decidía cenar y desayunar en el correspondiente hotel.
También he conocido a otros peregrinos con los que he compartido largas conversas entre alguna que otra copa o cerveza; nos contábamos cómo estaban siendo nuestras impresiones sobre el Camino de Santiago, qué es lo que nos llevó a hacer el Camino de Santiago… Para mi sorpresa muchos peregrinos habían decidido lo mismo que yo, ¡hacer el camino sola! Bueno, sola, pero a la vez “acompañada”. Me refiero a que muchos habían dejado la gestión de reservas y planificación del Camino de Santiago en manos de una agencia especializada en la ruta jacobea.
Las casas de turismo rural en las que me he alojado han sido muy especiales. En Asturias he podido alojarme en una casa montañesa y en Galicia en pazos.
En general, los servicios prestados en los alojamientos han sido perfectos, muy buen trato, desayunos exquisitos y enérgicos, comodidad, limpieza… y cada uno de ellos tenía su peculiar encanto.
Los pazos de Galicia, casas solariegas
Por ejemplo, en Galicia encontrarás increíbles pazos. Este tipo de casas son antiguas casas de la hidalguía gallega, son grandes y suelen tener un gran jardín. Por lo general han sido construidas entre los siglos XVII y XIX y están ubicadas en el campo.
Casas montañesas
Este tipo de casas son, como su nombre indica, propias de la montaña asturiana. Su arquitectura y existencia se extiende a Cantabria y al norte de Castilla y León. Normalmente su arquitectura se caracteriza por el uso de la mampostería tosca.
Caseríos vascos
Al igual que las anteriores, son casas propias del rural y de arquitectura tradicional. También son grandes y de piedra y de grandes dimensiones para servir a la vida del campo.
En conclusión
Es cierto que el Camino Primitivo no posee el gran abanico de servicios de alojamientos y restauración que puede tener el Camino Francés. Para mí, eso no ha sido negativo, sino que al contrario ya que aún siendo temporada alta no se percibe que el Camino Primitivo está masificado.
Por otro lado, para mí contratar los servicios de una agencia especializada en el camino me ha aportado seguridad y comodidad. Ya es duro de por sí caminar cada día muchos kilómetros, no me parecía necesario cargar con la mochila con todo lo necesario para 10 días – me trasladaban el equipaje de hotel a hotel – ni correr o sentir presión para encontrar albergue y arriesgarme a dormir mal.
En los establecimientos elegidos, el trato recibido ha sido genial, me he encontrado con personas que me hacían sentir como en casa y la cena estaba riquísima. Para comer durante la etapa correspondiente ten cuidado y no caigas en la tentación de pedir “menú del peregrino” y que eso sea patatas con huevos fritos. No te dejes engañar, en cada hotel pide consejo para el tema comida, yo lo he hecho y así me daban varias referencias para que no me sintiese perdida y comiese de lujo. He probado comidas típicas de cada lugar y vinos exquisitos.
Por último, cada uno elige cómo hacer su camino, mi experiencia puede servir de orientación, pero la decisión es tuya. Mi último consejo es que tienes que disfrutar de tu Camino de Santiago, de la gente que te rodea y de ti misma.
Ultreia!
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