Una de las joyas del Danubio es la Abadía de Melk, en Austria. Descubre la importancia de esta construcción, su historia y por qué debe de ser una parada obligatoria en tu recorrido por el Danubio en Bici.
Abadía de Melk en el Danubio…
Famosa por su increíble biblioteca y su cultura académica. Umberto Eco le rinde homenaje en su libro «El nombre de la Rosa» llamando a uno de los protagonistas, Adso de Melk, el novicio que es quien narra la peripecia y acompaña a Guillermo de Baskerville dentro de tinieblas, laberintos, y luces lejanas…
La abadía de Melk, enclavada en un promontorio bañado por las aguas del Danubio, aparece majestuosa, dominando el valle de Wachau da la sensación de elevarse hacia el cielo a pesar de sus colosales dimensiones. Sus habitaciones imperiales, donde se alojaron varios dignatarios (por ejemplo, Napoleón Bonaparte), contienen piezas de museo. Los jardines de la Abadía son preciosos y será posiblemente lo primero que el visitante aprecie al llegar. La Biblioteca alberga en su techo un fresco de Paul Troger, un pintor austriaco del siglo XVII, y tiene en su interior numerosos manuscritos medievales.
La encontrarás en tu viaje en bici a lo largo del Danubio, al final de la etapa de Grein a Melk. Este circuito, desde la ciudad alemana de Passau hasta Viena, es la ruta cicloturista más popular de Europa. También disfrutarás de la hospitalidad austríaca allí por donde pases y de su buena gastronomía como la tarta de Linz.
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