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Escocia es un gran destino para descubrir, déjate llevar por su encanto natural y conoce hasta el último rincón de este precioso país.
A continuación,os cuento más sobre mi viaje, organizado por Tee Travel; conoce la verde y amable Escocia!
Mi viaje de naturaleza en Escocia
Escocia, los romanos la llamaban Hibernia, en gaélico se refieren a ella como Alba, representando a ese conjunto de tierras sobre todo “altas”, Highlands, y cientos de pequeñas islas, de hecho, más de 700 islas forman parte de este territorio, bañado por aguas puras y cristalinas, incluso playas de arena blanca bordean el contorno de algunas de ellas…. Hasta que tus dedos rozan el agua y te das cuenta que estás en el Atlántico…, y que el mar aquí, está para ser admirado…, al igual que el resto de la belleza de este país anclado al Mar del Norte.
Edimburgo
Edimburgo es la capital, edificios de piedras negras, antiguos adoquines, estrechos callejones…, llena de historias y leyendas…; y Glasgow es la ciudad más grande de Escocia: moderna, industrial, y llena de vida nocturna.
Llego a Edimburgo. Es una ciudad pequeña para ser la capital del país, es fácil de recorrer y visitar a pie. Ha cambiado notablemente desde la última vez que paseaba por Princess Street. Sin embargo, la Royal Mile, que es la “real distancia” entre el castillo de Edimburgo y el Palacio de Holyroodhouse, sigue igual de “oscura”, es como viajar al medievo.
La historia de este país se narra a través de sus castillos, que vivieron un truculento pasado de traiciones y sangrientas batallas. Mary Queen of Scots (María Estuardo), aparece como la heroína de Escocia. También escucharemos hablar de William Wallace, Rob Roy, la rivalidad entre los clanes, Sir Walter Scott…
Desde Carlton Hill o desde Arthur Seat, miradores naturales sobre la ciudad, la impresión ya es otra. Lo antiguo y lo nuevo se entremezclan y el mar azul se vislumbra al fondo, cuando la niebla lo permite. La impresión es que ha habido una evolución ordenada del New Town, que no quita un ápice de encanto al Old Town.
Inverness
Pero el viaje continúa, y esta vez en tren, hasta Inverness. En Inverness, “el lago” lo domina todo o, más bien, el monstruo acapara la atención sobre el lago Ness. Sigue siendo curioso, como cientos de visitantes fijan su mirada en las suaves ondas que producen las corrientes de sus aguas, las más profundas del país. Los restos del castillo Urquhart a orillas del lago le confieren todavía más misterio.
Isla de Skye
Ya que el tiempo de viaje es limitado, escojamos una isla, yo he escogido una de las más grandes: Skye. Cruzando a bordo de un autobús, el Skye Bridge llegó a Portree, la capital de la isla. Es quizá la zona más turística, pero conserva el encanto de un colorido pueblo pesquero.
Desde aquí son numerosas las posibilidades, si nos quedamos varios días en la isla, podemos acercarnos al faro de Nest Point. En realidad, el faro, no es lo más espectacular, sino la belleza del increíble lugar que lo alberga. De regreso, el castillo de Dunvegan, atrae mi atención aunque sólo sea para acercarme y realizar unas fotos, y así captar su majestuosidad reflejada en al agua que lo rodea. Sí, otro lago, los lagos son tan numerosos en Escocia, como las destilerías. La palabra escocesa para lago es loch: Loch Ness, Loch Lomond…
Otra de las opciones, es la excursión, a una media hora de Portree, a la Península Trottenish y a su fotografiado The Storr, ese conjunto de pináculos formados por rocas basálticas, que nos dan una idea del vulcanismo que se produjo en esta isla, y cuyos resultados orográficos son, cuando menos, impresionantes.
Y, desde luego, no podría abandonar Skye sin degustar el que para mí es el mejor Whisky, sólo a wee drum o quizá dos pequeños tragos de Talisker.
Hogwarts Express
Desde Portree me dirijo a Armadale y desde aquí en Ferry hasta Mallaig. Una hermosa travesía por mar, a la que sigue ahora, un increíble recorrido en tren a bordo del “Hogwarts Express”, sí, el tren de Harry Potter, el tren de vapor que cruza el viaducto de Glenfinnan. Decir impresionante sería repetirme, pero, sin duda, lo es…
Fort William
Y llegamos a destino: Fort William. Para aquellos que quieran subirse a la montaña más alta de Gran Bretaña, aquí la tienen, el Ben Nevis (1.345 m). No es tan complicado, pero sí que requiere un poco de aptitud y buena forma física, y, sobre todo, ¡qué no haya niebla!
Fort William es, también, el punto final del West Highland Way. Es el primer camino oficial de larga distancia de Escocia. Es un sendero consolidado que ofrece una magnífica forma de conocer a pie una parte de Escocia, a través de un recorrido de 154 km.
Glasgow
Regreso a la ciudad del Clyde, escaparate del diseño de Charles Rennie Mackintosh, donde surgieron tantos grupos musicales en los 80 y 90, por ello, centro de la vida nocturna y cultural del país: Glasgow. La Gallería de Arte Moderno o The Lighthouse son sólo algunos ejemplos de “lo que hay que ver”.
Me llevo un montón de pequeñas cosas de tamaño diminuto, supuestamente fáciles de encajar en la maleta: whisky, shortbread, fudge, nessie´s, haggis, algún fridge magnet…, y un libro con un montón de subrayados, anotaciones y marcadores…, y todo lo que tengo pendiente para la próxima visita…Porque, al final, lo que perdura y lo que más valoramos son los momentos y los lugares en los que hemos disfrutado de ellos. Y estos no facturan, ¡no hay límite de peso!
Sláinte!
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