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El Camino Francés es uno de los más populares entre los peregrinos. Cada año, miles de personas recorren los senderos de esta ruta hasta Santiago de Compostela en busca de su Compostela. Por todos es conocida esta ruta, pero en este artículo vamos a contarte las curiosidades del Camino Francés.
Curiosidades del Camino Francés
La fuente del vino
Has leído bien. Una de las curiosidades del Camino Francés tiene que ver con el vino. En uno de los pueblos del camino descubrirás la única fuente por la que fluye vino, concretamente un tinto joven de las Bodegas Irache. Te toparás con este curioso manantial aproximadamente en la mitad del viaje, en la localidad navarra de Ayegui. Eso sí, debes saber que su horario de funcionamiento es de ocho de la mañana a ocho de la tarde.
Esta fuente tiene su origen en una tradición que ha pasado de generación en generación, pero que en los últimos años cayó en el olvido. Y es que, los monjes que recibían a los peregrinos, normalmente, les proporcionaban un poco de vino para que se recuperasen de la fatiga.
En los años 90 del siglo pasado, la empresa vinícola que ofrece este vino decidió volver a apostar por la continuidad de esa tradición con la instalación de la fuente en el Camino Francés. Y cada día, durante todo el año, rellenan un depósito con 100 litros de vino para que cada peregrino se sirva. Además, aunque esto no es tan extraordinario, si lo prefieres, puedes optar por rellenar tu bidón de agua.
La Cruz de hierro
Una de las curiosidades del Camino Francés se encuentra en León. Poco se sabe del origen de este mágico lugar. Lo que sí es seguro es que en lo alto de una colina a medio camino entre Foncebadón y Manjarín, en la provincia de León, te encontrarás con este gran monumento en tu camino. Se trata de una pequeña cruz que corona un gran mástil de madera de más de cinco metros de altura. En el mismo lugar, también hallarás una pequeña capilla y una fuente en la que reponer tu bebida.
Un detalle muy curioso es que todo el lugar está rodeado de piedras. Esto no es una casualidad. Dice la tradición que todo peregrino que pasa por este hito debe dejar a sus pies una piedra procedente de su lugar de origen. Así que ya sabes, vete preparando la tuya. Te recomendamos que sea ligera, no querrás cargar demasiado peso hasta aquí.
El pueblo de Portomarín
Portomarín es una de tus últimas paradas antes de llegar a Santiago de Compostela si sales desde Saint Jean Pied de Port – desde Sarria es tu segunda parada-. Sin embargo, este pequeño pueblo de Lugo te resulta sorprendente, no solo por su belleza, sino por la perseverancia de sus vecinos. Durante el siglo pasado, concretamente en el año 1963, las aguas del embalse de Belesar, alimentado por el río Miño, obligaron a sus habitantes a tomar una decisión drástica: cambiar su localización.
El pueblo contaba con una increíble iglesia románica del siglo XII y sus vecinos no estaban dispuestos a dejar que el agua la engullese. Por ello, piedra a piedra, se la llevaron a una nueva ubicación, más elevada, donde quedó a salvo de la inundación. Lo mismo sucedió con otros de los edificios históricos.
Las campanadas de Santiago
Desde el Monte do Gozo, junto a las estatuas de los peregrinos, podrás ver las torres de la Catedral de Santiago. La Catedral de Santiago cuenta con varias campanas en su torre del reloj, llamada La Berenguela, encargadas de anunciar la hora del día. La mayor de ellas, de 6433 kilos, hace llegar su tañido a todos los puntos de la localidad.
Cuenta la leyenda que si a medianoche las campanas suenan durante 13 veces, el demonio podrá campar a sus anchas durante una hora completa por la ciudad. Cuando te acerques a Santiago, presta atención al sonido. Hay que destacar la gran labor de la Asociación Cultural de Campaneiros de Galicia que repican, de forma manual, el toque de campanas. Si alzas tu vista los podrás ver en contadas ocasiones.
Curiosidades del Camino: Las señales del Camino
No siempre las nuevas tecnologías han acompañado a los peregrinos. De hecho, esto llegó a causar serios problemas a muchos viajeros. Elías Valiña, natural de la villa de Sarria – desde donde comienzan los últimos 100 km del Camino Francés- y cura en el municipio de O Cebreiro, decidió terminar de una vez por todas con las quejas de los que no sabían por dónde llegar hasta Santiago.
Con paciencia, el hombre se desplazó hasta los Pirineos y desde allí empezó a trazar flechas amarillas que debían servir de guía a los futuros peregrinos. Un día, se encontró con agentes de la Guardia Civil que no sabían a qué se dedicaba pintando aquellas flechas. Su respuesta les dejó sin palabras: «estoy preparando una invasión».
¿Conocías estas curiosidades del Camino Francés?
¿Qué te han parecido estas curiosidades? El Camino Francés está lleno de secretos y anécdotas. Muchas de ellas están plasmadas sobre estas líneas, pero otras las tendrás que descubrir por ti mismo cuando te adentres en la ruta. Te dejamos una entrada para que tu curiosidad sea satisfecha. Si quieres saber más, síguenos en nuestras redes sociales @tee_travel
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